Experiencias en el monasterio

Lo que veis en la foto es el monasterio de Drianovo. No tiene mucho de particular, aparte del emplazamiento en una garganta rocosa... pero eso si, se puede dormir en el.
Asi que decidimos pasar la noche alli, puesto que pensamos que seria mas barato que Veliko Tarnovo, y ademas Martin se encontraba mal, y queria acostarse pronto.
Fuimos recibidos por el Hegmano Onofge, que no por hablag solo bulgago, me gecogdaba un poco a fgai Pegico (aunque sin boggico). Vamos, que entenderse con el ya tenia su merito.
Le costo unos 20 minutos rellenar mi hoja de registro como huesped (un tramite que hay que hacer cada noche, pues en la frontera te pueden pedir donde has estado durmiendo). Sufria lo indecible escribiendo en alfabeto latino, y puso una buena coleccion de "N" al reves. Por cierto que donde debia poner la direccion del monasterio, puso mi direccion... en fin.
Total que luego le pedi un poco de te para Martin, que estaba un poco pocho del estomago. Al enterarse de que se encontraba mal, fue a llamar al abad, que se hizo cargo del asunto.
A diferencia del sonriente Hegmano Onofge, el abad es un tipo serio y barbudo de habla adusta (y bulgara, por supuesto). Total, que nos planta a los dos en medio de la iglesia, nos da a besar una cruz y nos riega a hisopazos.
Posteriormente, me hizo saber que habia terminado conmigo y se quedo con Martin. Le cubrio la cabeza con la casulla, y empezo a recitar... Martin, que estaba medio palido y que lo unico que queria hacer era acostarse, por respeto le seguia la corriente (aunque realmente estaba alucinando en colores). Como yo estaba fuera de la iglesia, no vi los detalles, pero seguro que fue toda una experiencia etnografico-cultural.

Digno de recordar...